jueves, 23 de diciembre de 2010

Mientras las gotas de lluvia sigan cayendo trata de no hacerme temblar, intenta no hacerme pensar, porque quiero dejar la mente vacía para luego poderla volver a llenar de ideales de locura, de noches por pintar, de colores brillantes y de sueños que alcanzar.

Mientras las nubes cubran todo el cielo trata de no hacerme olvidar, intenta no hacerme llorar, porque quiero cerrar mis ojos y ponerme a imaginar que el tiempo no ha pasado y que aún te puedo abrazar, que la vida sigue teniendo algún sentido y que volveré a despertar.

Mientras las calles sigan a oscuras trata de no hacerme correr, intenta no hacerme hablar, porque quiero echar a volar en esta noche lúgubre de la mano de tu libertad y juntos tocar las estrellas cuando tus labios me empiecen, lentamente, a rozar.

Mientras las hojas de los árboles bailen en el cielo trata de no hacerme perder, intenta no hacerme ganar, porque quiero simplemente estar, sentir cómo el frío acaricia mi piel y cómo los débiles rayos de sol luchan por hacerme entrar en calor.

Y cuando las gotas de lluvia dejen de caer, el cielo vuelva a ser azul, las calles se tiñan de color y las hojas llenen el suelo, simplemente, dame la mano y recuérdame que, en este frío invierno, sigues a mi lado.

martes, 21 de diciembre de 2010

Creo haber tocado fondo.
Pienso que no hay nada más.
Opino que esto es el final.
Y no me resigno al atardecer.

Sé que la vida es esto: es soñar, es reír, es bailar, es gritar, es saltar, es amar, es volar, es aprender, es ganar, es encontrar, es lograr, es abrazar, es conocer, es salir, es viajar, es besar... es vivir.

Pero también sé que en la vida ha que llorar, hay que perder, hay que olvidar, hay que resignarse, hay que ahogarse, hay que empequeñecerse, hay que sufrir, hay que apechugar, hay que madrugar, hay que abstenerse, hay que callarse...

Pero al final todo nos lleva a la muerte y, si todo sale bien, aunque otro lloren, nosotros sonreiremos.

Vive lo que te toca, aceptando toda pequeña derrota pues la muerte es nuestra gran victoria.

viernes, 17 de diciembre de 2010

He cambiado el rumbo de mi camino una vez más y vuelvo a dudar.
¿Hacia a dónde me guían mis pasos ahora que ya no estás?
Hay una luz en lo alto del cielo que me quiere acompañar por este sin fin de noches que he de despertar.
¿Hasta cuando las podré soportar?

Tu recuerdo se agolpa en mi mente sin dejarme pensar.
¿Tienes intenciones de quedarte a desayunar?
Tantos sueños que construimos ya nunca se harán realidad.
¿Tampoco quieres verme llorar?

Nadie es dueño de lo que siente, sólo de llevarlo más allás.
¿No recuerdas esas noches de soledad?
Nosotros somos las piedras del sendero que nos ha de llevar al final.
¿Necesitas que te diga que te quiero una vez más?

Parece mentira que una efímera vida esté escrita en la eternidad.
¿Piensas que las cosas no van a mejorar?
Perteneces al mundo donde los deseos se entrelazan con la felicidad.
¿Para qué has venido si no te vas a quedar?

Valoras demasiado lo que no puedes dar.
¿Vienes a buscar la sonrisa que no te voy a regalar?
Vestidas están las calles de un color rojo libertad.
¿Ves? Nada tiene un por qué.

Hoy. Tú. Necesitas. Poder. Volar.
Sí, yo también!

jueves, 2 de diciembre de 2010

Si la belleza se crea en un suspiro
la muerte es su esencia.
Donde habite un instante
una nueva vida renace.
Contemplaré la desdicha del cielo
cuando un rayo lo divide en dos.
Me invade un recuerdo nostálgico
de aquella playa anegada de estrellas.


Seremos sólo un instante
Seremos sólo un suspiro
Seremos como el rayo
Seremos como la playa


Gritame al oido que el tiempo se acaba,
el tiempo de esta vida que la muerte me regala.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Soy la lágrima que resbala por tu cara.
Soy la nostalgia que aparece sin ser llamada.
Soy la palabra que se queda estancada.
Soy el paso sobre un suelo que resbala.

Soy hoy y, tal vez, mañana.

Soy la lucha interna que nunca se acaba.
Soy el cabello que con el aire se desmadra.
Soy la dulzura de una caricia en la cama.
Soy un recuerdo que asoma desde el alma.

Soy todo y, tal vez, nada.

Soy el fuego que atraviesa tu mirada.
Soy la lluvia que moja tu almohada.
Soy la rabia que acaba sosegada.
Soy el corazón que marchita tu esperanza.

Soy yo y, tal vez, haya dejado de serlo.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Como despertarte y ver que está nevando. Y que los copos no dejan de caer, cada vez con más intensidad, sobre ese suelo de asfalto que ya se empieza a ocultar. Y comprobar que los tejados están blancos en toda la ciudad.

Como ir caminando por la calle y notar que te observan sin saber desde donde y no saber que es un desconocido que imagina tu vida desde su ventana. Y de pronto, sentir la necesidad de mirar al cielo.

Como la lágrima que nace en tus ojos, resbala por tus mejillas y se deja caer hacia el vacío con tal de huir de nosotros. Ojalá yo pudiera también huir de mi.

Como sentirse encerrado dentro de tu propia cabeza y ver que una bandada de pájaros se aleja hacia el horizonte escapando de todo cuanto les ata a un lugar.

Como entender que, por mucho que quieras, por mucho que lo desees, esa persona no se va a fijar nunca en ti. Y darte cuenta de que la soledad será nuestro único acompañante en el camino hacia una muerte segura.

Como sonreír con una mueca de hipocresia y falsedad que tiñe nuestros ojos de dolor.

Como la luz cegadora que guía nuestros pasos hacia un destino que no queremos aceptar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Llueve.
Cae la lluvia sobre mi.
Las gotas me alcanzan,
me envuelven en su frío baile,
pero son incapaces de mojarme.

Lluvia.
Entre los resquicios de mi ropa
quieren colarse las gotas,
acompañarme en esta noche
sin luna ni estrellas.

 
Llueve.
El cielo de Madrid es gris.
Las nubes sobre nuestras cabezas
se tornan fantasmagóricas
allá, sobre los tristes tejados.

Lluvia.
El agua se abre paso
entre los paraguas de la gente,
entre los montones de coches,
entre los pensamientos insurgentes.

Llueve.
Y la soledad cae con cada gota,
a cada soplo del viento
va ligada una lágrima derramada.
Y la sonrisa de un sol nuevo
cada mañana.

lunes, 8 de noviembre de 2010

A veces creo que el mundo gira en sentido contrario a mis pensamientos.
A veces pienso que la vida se niega a darme esperanzas ante mis creencias.

A veces miro y no veo.
A veces veo y callo.
A veces grito pero no hablo.

En ocasiones tengo la sensación de que el tiempo se detiene en el peor momento.
En ocasiones no sé cómo olvidar que el tiempo no se va a detener cuando lo desee.

En ocasiones te espero.
En ocasiones corro sin pensar.
En ocasiones te pienso sin querer.

Pero siempre termino en algún rincón perdido de mi alma recordando que lo que no quiero, por nada del mundo, es tener que volver a esconderme por sentir lo que siento.

martes, 2 de noviembre de 2010

Trato de andar sin ti
caminar por esta ciudad,
pero la lluvia se apodera de mi.

Quiero huir de la tempestad
perderme hasta un nuevo despertar,
pero hoy la vida... no quiere avanzar.

Busco en mi mente tu recuerdo,
encontrar allí tu abrazo sereno,
pero la soledad me hace su siervo.

Vuelvo a las lágrimas de siempre,
al dolor de no poder verte,
a la torpeza de aún... quererte.

martes, 26 de octubre de 2010

Hola David...
Sé que prometí no volver a escribirte más, pero hoy lo necesito, porque ha pasado ya un año. Un año ya... y la de cosas que te has perdido.
Afortunádamente cuando te recuerdo ya solo sonrió. Sonrió porque me acuerdo de tu sonrisa y de esos ojos que tanto brillaban cuando me mirabas.
La vida empieza a ser como antes, ya no te veo en cada rincón, ni escucho tu voz en sueños, ni estoy sumida en la tristeza. Como puedes ver, esta vez creo que sí lo he superado.
No quería escribirte una carta triste donde solo quedara patente lo complicado que ha sido para mi seguir sin ti, asique me limitaré a reflejar con palabras que en mi día a día el sol vuelve a brillar, y ya casi noto su calor. La Luna ha vuelto a aparecer en el cielo y las estrellas han vuelto a bailar a su alrededor haciendo de la oscuridad un lugar apetecible donde estar.
Hace tiempo me preguntaste algo que me he preguntado yo durante este año muchas veces: "¿qué nos ata a esta vida?". Yo no supe qué responderte, asique opté por callar. Pero hoy te puedo responder, aunque sea tarde para ti. Creo que lo que único que puede atarnos a la vida, sin tener en cuenta lo más importante que son, sin duda, las personas a las que queremos, son las ganas. Las ganas de conocer, de soñar, las ganas de llegar a ser algo que no creemos poder ser, las ganas de compartir la vida con otros, las ganas de agotar lo único que tenemos, nuestro tiempo, e invertirlo en nada, y a la vez en todo. Las ganas de comernos el mundo.
Hoy me he puesto tu sudadera, no pienso quitármela e todo el día. Al ponérmela he sentido tus brazos rodeando mi cuerpo... lo necesitaba tanto a pesar de todo.Me he sentido como en una nube, aunque de sobra sabes que siempre estoy en ellas, divagando y soñando. Cuánto me gusta soñar... y es que, como tú decías: ¿qué es la vida si no un sueño del cual algún día la muerte nos ha de despertar? Tu has despertado, pero en mis sueños sigues siendo el protagonista de esa vida que te arrebataron.

Y otra vez, he vuelto a tropezar en tu nube...=)

lunes, 18 de octubre de 2010

¿Quién sabe? Tal vez la vida sí es esto.
Es esperar a que llegue el invierno con las ganas de frío a flor de piel y que cuando llegue sientas ganas de que el calor del sol te arrope.
Es necesitar un abrazo que nos haga sentir que realmente formamos parte de un mundo al menos y que cuando nos lo brinden no seamos capaces de responderlo.
Es tener ganas de hacer algo cuando no es el momento y que cuando sea el lugar propicio no lo hagamos por vergüenza.
Es estar triste sin saber porqué y que lleguen las lágrimas y estas nos hagan sentir bien.
Es esperar a que la vida pase año tras año hasta que llega el día en el cual te das cuenta de que no eres tú.
¿Quién sabe? Tal vez no es esto.

viernes, 15 de octubre de 2010

Estábamos los dos solos.
El uno al lado del otro.
Solo unos centímetros separaban nuestros cuerpos.
Yo podía sentir su calor. Era consciente de que me miraba con disimulo, creyendo que no me daba cuenta. Podía escuchar su respiración, lenta y profunda, al compás de mi corazón.

Dejábamos atrás horas de risas, palabras descontroladas, silencios ahogados, hierba arrancada,extrañas caricias, estrellas contadas, miradas perdidas, besos condenados.

En un descuido desapareció la luna que nos había embrujado aquella noche. Tal vez fue su embrujo, tal vez el destino... lo único que sé es que aún revivo con nostalgia ese efímero instante.

El cielo empezaba a aclararse y mi cabeza encontró tu hombro. No necesitamos más contacto para creernos solo uno. Y comenzamos a entender.

Fuimos dos extraños decididos a hacer recuerdo de algo tan irrelevante y mundano como es ver salir el sol lejos, allá en el horizonte.

miércoles, 13 de octubre de 2010

He vuelto a ver el sol brillar en un atardecer nublado por las hojas que en primavera caen de los árboles. Y me ha gustado lo que he visto.

Las flores desprendían maravillosos bailes de aromas inconfundibles mientras los pájaros llenaban el cielo con sus enmudecedores giros y cambios de dirección tan repentinos como el amor que nos invade al ver aquello a lo que amamos incondicionalmente.

Una nube se ha detenido un instante cuando el viento más fuerte soplaba y me ha mirado con sus gotas de agua mientras intentaba decirme algo, quería que comprendiese algo, pero no he sabido el qué.

Tal vez que el tiempo pasa muy rápido, tan deprisa que en ocasiones ni nos damos cuenta de ello y que solo nos podemos detener una vez y que, tristemente, solo nos detenemos para mirar lo que no tenemos pero sí queremos.

Deberíamos conformarnos con lo que somos y no aspirar a lo que nunca poseeremos.

Silencio, la vida viene.

viernes, 8 de octubre de 2010

Recuerdo que la luz entró de golpe, provocando dolor en mis ojos.
Los pinchazos en mi cabeza no cesaban.
Sentía las piernas entumecidas y a penas si podía moverlas.
Pero había un foco de energía dentro de mi.

¿De dónde viene tanta fuerza?

Traté de abrir los ojos, pero algo me lo impedía.
Quise tocar mi cara con las manos, pero no las noté.
Chillé tan alto como pude, pero ni yo me escuché.
Y las lágrimas parecían brotar de unas cuencas vacías.

¿Qué es lo que ha pasado?
¿Cómo puede ser tan real?
¿A caso no estaba soñando?
¿Cuándo todo se convirtió en realidad?

Amanezco retorcida entre las sábanas, abrazada a una almohada que ya no quiere saber nada y, a pesar de todo, siento que tus ojos se iluminan al sonreírme.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Soy historia.
La mía, y un poquito de la vuestra.

A cada paso que damos nos hacemos más partícipes de la mortalidad, pues cada segundo que avanzamos es un segundo menos que nos queda de vida, pero también nos hacemos partícipes de la inmortalidad.
La eternidad no es más que el perdurar a través del tiempo, pero nadie especifica cómo.
Cada suspiro, cada palabra, cada acción, cada sentimiento, cada error, cada susurro, cada despertar, cada caída, cada acierto... todo queda en el recuerdo, aunque nunca sepamos en el de quién. Y de cada acto surge una historia con más de un protagonista y más de un ansioso lector u oyente, gracias al cual esa historia no caerá en el olvido y seguirá bailando al compás de los años tratando de alejar de sí eso tan humano que es la ignorancia ante lo ajeno o extraño.
Ya son millones los que son eternidad, los que son historia. ¿Ejemplos? Antonio Machado, Mario Benedetti, Miguel Hernández, Pablo Neruda...

Quiero daros las gracias a todos vosotros, a todos y a cada uno de los que formáis parte de mi vida, sé que unos más y otros un poquito menos, no obstante la gratitud es igual de grande. Y quiero daros las gracias, porque es por vosotros que yo ya soy eternidad.
Gracias por leer mis palabras!

martes, 5 de octubre de 2010

Clavó sus alas en mi la soledad
sin ver que mi suerte iba a cambiar.
Me sirvió la tentación
para despertar mi fuego interior.
Y cambió...
vaya si cambió.

En un trémulo segundo desperté rodeada de inquietudes, de esperanzas y de ilusiones. De miedos y frustraciones, de inverosimilitudes e incongruencias varias, verificando, ante todo, que sí soy humana y, por descontado, patética.

viernes, 1 de octubre de 2010

Suena a lo lejos una canción.
Una película en blanco y negro alumbra la habitación.
El olor a jazmín entra por el balcón.
Y tu risa inunda mi corazón.

Sé que no puedo parar al Sol, por mucha agua que lance al aire.
Nosotros no le apagamos, es él quien nos enciende.

Mi mirada hoy suena a olvido.
Tal vez por todo lo que no hemos vivido.
Mis pasos vuelven por el camino recorrido.
Todo es un sin sentido.

Sé que no puedo crear una Luna, aunque la quiera solo para ti.
Nosotros no la miramos, es ella quien nos hechiza.

He buscado refugio en tu aliento.
Creí haber encontrado la magia hace tan solo un momento.
Deje de lado lo que parecía ser un tormento.
Pero solo eran susurros del viento.

Y cuando miro esa fotografía colgada en tu pared,
sonrío, y no sé porqué.

viernes, 24 de septiembre de 2010

Apagada está la noche
desde que tú te marchaste,
y moribundas van las estrellas
por el cielo a buscarte.

Crecen hierbas en mi jardín
en los rinconces donde tú plantaste
bellos rosales solo para mi.

Desentona al cantar un pájaro
que apoyado está sobre una rama
en ese árbol donde dirigías a
una orquesta compuesta por hadas.

Vuelan los recuerdos por mi mente
mientras mis ojos se cierran,
pues no quieren ver si no pueden verte.

Compiten la alegría y la nostalgia
por cogerme la mano que aún tengo libre,
pues la otra acaricia el viento
que por ti un día se hizo visible.

"Ha pasado ya la tormenta"
me grita desde lejos mi conciencia,
pero no puedo salir por mi torpeza.

A todo esto que me pasa
solo encuentro una explicación:
"Problemas del Corazón...
...Inseguridades de la Razón"

martes, 21 de septiembre de 2010

A menudo la mente juega a engañar al corazón rescatando del olvido recuerdos pasados que creemos serán nuestro futuro y que nos torturan el presente, pues terminan por nunca llegar.
Me pasa algo parecido.
No negaré jamás aquello que sentí hace ya algún tiempo, pero déjame que dude lo que es esto ¿un sentimiento? ¿un recuerdo? ¿una ilusión? ¿una equivocación?
No es más que el reflejo traído por la memoria de aquello que un día me hizo sentir bien, me movía a seguir, a hacer estupideces, a ver el mundo con matices rosados. Pero no quiero caer en el error de creer que esto es lo que ahora siento.
Lo que en realidad nos ocurre es que echamos de menos algo y tendemos a pensar que es a la persona, como ahora me sucede a mi.
Pero si somos capaces de pensarlo en frío, sin dejar que el corazón intervenga, nos daremos cuenta, como he hecho yo, de que en realidad lo que anhelamos es el sentimiento, la sensación que esa persona, ya sea física o mentalmente, era capaz de producirnos.

Creemos que echamos de menos a alguien cuando en realidad extrañamos el sentimiento al que nos llevaba.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Siento soledad y tú no me tocas.
Me siento perdida y tú no me miras.
Me siento abatida y tú no me abrazas.


Me siento como si ya a nadie le importara, como si mi vida estuviera malgastada, como si todo aquello por lo que aposté se hubiera quedado reducido a nada.

Nada...

...así es como me siento, como si no fuera nada.

Pues aprendí a vivir por ti.
Pues aprendía a apoyarme en ti.
Pues aprendí a refugiarme en ti.
Pues aprendí a ser tú.

Pero no sabías que tú un día... te marcharías


jueves, 16 de septiembre de 2010

Veo llover desde mi ventana.
Huelo el olor que desprende la tierra mojada.
Escucho las gotas morir en el suelo.

Cierro los ojos y...
... solo veo negrura.

A mi alrededor el mundo se despierta.
Los truenos sobresaltan a cualquiera.
Los rayos alumbran corazones dormidos.

Abro los ojo y...
... sigo viendo negrura.

La vida queda detrás de mi.
Se va con cada nube que arrastra el viento.
Pero la muerte solo es otro comienzo.

Abro los ojos y...
... veo una sonrisa florecer.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ahora no soy capaz de sentir nada de nada.
Nada más que miedo.
Nada más que nostalgia.
Nada más que pesimismo.
Nada más que soledad.
Nada más que impotencia.
Nada más que locura.
Nada más que abatimiento,
Nada más que nada.

A pesar de todo me digo cada mañana: AKUNAMATATA

jueves, 9 de septiembre de 2010

Me gusta cuando sonríes sin enseñar los dientes, cuando me preguntas si tu pelo va bien peinado porque hace aire, cuando paseando tu mano busca entrelazarse con la mia, cuando esperando a que un semáforo se ponga en verde me coges por la cintura atrayéndome hacia ti, cuando me besas en la nariz.

Me encanta que me hables sin parar de cualquier cosa cuando nos estamos tomando algo, que me mires a los ojos y me sonrías, que siempre encuentres la manera de sorprenderme, que tararees canciones en mi oido, que señales a una nube diciéndome la forma que tiene para ti.

Me enamoras, un poquito más si cabe, cada vez que, sin venir a cuento, me abrazas fuerte, protegiéndome con tu cuerpo, cada vez que te limitas a escucharme cuando algo en mi mundo no va demasiado bien, cada vez que me robas un beso, cada vez que me observas en silencio cuando estoy haciendo algo, cada vez que, dormido, retuerces tu cuerpo hasta encontrar el mio, cada vez que paseamos dados de la mano, bien juntitos, callados, porque ambos sabemos que no hacen falta las palabras para expresar lo que sentimos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Sería, para mi, muy fácil imaginarme que el Sol envía sus rayos a la Tierra solo para que mis ojos brillen cuando la luz se refleja en ellos.
Sería muy fácil para mi imaginarme que la Luna es capaz de echar al sol del cielo solo para velarme en las noches.
Sería capaz de imaginar que las estrellas aparecen allá arriba únicamente para hacerme sonreír antes de irme a dormir.

Sería, para mi, muy fácil imaginarme que las flores tienen esos bellos colores solo para que al pasar yo las mire.
Sería muy fácil para mi imaginarme que los pájaros aprenden a cantar solo para que yo les escuche un día mientras camino.
Sería capaz de imaginar que el viento mueve, de aquí para allá, las nubes únicamente para hacerme sentir bien cuando mire hacia arriba.

Pero prefiero, en vez de tanto imaginar, que estas cosas me las digas tú.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Otearé el horizonte entre este hoy y un posible mañana.
Tristes son las sombras que este eclipse ha dejado en los corazones de aquellos que no supieron entender que la vida no necesita luz propia, pues ya somos nosotros la aurora que vencerá al ocaso, porque no tenemos miedo, en estos espíritus libres no cabe.

La admiración por la esperanza emerge de entre los anhelos de la mente, pues la mar ahora nos invita a surcarla.

El goce del subir y bajar de las aguas en las olas abre sus brazos para nosotros, queriendo deleitar las presencias que súbitamente aparecen como fantasmas de un recuerdo aún en porvenir.

viernes, 3 de septiembre de 2010

                                    

No te pongas límites.
Simplemente abre tus alas y vuela...
Vuela conmigo.




jueves, 2 de septiembre de 2010

Como el leve susurro de las gotas que caen mientras tú estás metido en la cama, calentito y ves como por la ventana entra la luz de las farolas que quieren robarle el protagonismo a las estrellas.
Como despertarse oliendo a libertad.
Como rozar dulcemente unos labios mientras en tu cabeza suena esa canción que tan bien te hace sentir.
Igual que tropezar y sentir que unas manos, las suyas, te impiden caer.

Como acariciar el aire en una mañana luminosa y sorprenderte al ver que la gente te sonríe al pasar.
Como caminar por el bosque sin rumbo fijo, dejándose llevar por el rumor de las hojas mecidas por el viento que eriza tus cabellos.
Como ponerse una sudadera el primer día de frío después del verano y descubrir que huele a él.
Igual que mirar al horizonte y saber que no hay límites posibles...

... no si está ÉL.

lunes, 30 de agosto de 2010

En un baile de emociones. Así me siento. Así me ven.
Hace días que no me encuentro. No sé dónde estaré o dónde dejaré de estarlo.
Las horas se vuelven revoloteando hacia otro lugar.
Los ojos ya no me brillan.
No recuerdo cómo esbozar sonrisas.
Camino en direcciones opuestas.
Despierto entrando en mi letargo.
Y, sobre todo, amo sabiendo que solo me pueden odiar.

Porque sí, le quiero, ¿por qué lo voy a negar?
¿A quién quiero engañar?
Pero sé que no es posible, ni siquiera real.
Suelo imaginarnos juntos, paseando sin hablar.
¿Hasta cuándo me voy a engañar?
Paso los días pensando en qué pensarás.
Y las noches... pensando con quién soñarás.

Esto es una locura.
Un sinrazón.
Una dulce condena.
Quiero escapar de mi mente.
Estoy dispuesta hasta a perder la libertad.
Con tal de borrate de mi imaginación.
Arrancarte de mi corazón.
Solo me causas dolor.

Pero pensarte me hace sentir bien.
Me saca de este universo negro que gira a mi alrededor.
Me hace volar la sola idea de tu sonrisa.
Puedes levantarme el ánimo sólo con mirarme.
Aunque cuando lo hagas no me veas.
Aunque no sepas que existo.
Aunque muera por tus latidos.

Volveré a conformarme con tenerte en mis sueños, con rozarte, con escucharte respirar en mi pecho, con imaginar tu olor cuando la brisa levanta las hojas secas que han caido de los árboles y los cabellos se alborotan. Pero sabré siempre, a cada momento, a cada instante, que no eres más que eso... un sueño.

sábado, 28 de agosto de 2010

Quiero volver a sentirte en la piel.
Que me roces y un escalofrío recorra mi cuerpo.
Que me saques alguna que otra sonrisa.
Quiero que me pongas la piel de gallina.

Porque en días como hoy sólo puedo anhelar esos de invierno en los cuales el mejor compañero es un buen abrigo que te haga estar calentito y confortado. Sentir esa sensación tan agradable de pasarse una mañana de sábado dentro de la cama, arropadito con el nórdico y escuchar como fuera llueve. Pasar una tarde en el sofá debajo de una manta viendo tu película favorita. O, simplemente, pasear por las calles heladas cuando la noche comienza a ganar al día.

Quiero volver a sentirte en la cara.
Que me roces y me estremezca.
Que me hagas estornudar.
Quiero que me des alas para volar.

Espero con ansiedad tu regreso, porque sé que volverás.
Tengo preparadas las ganas de ti, tal vez ni siquiera las guardé.
Me encantaría que este año llegaras antes y te fueras después, pues tengo asumido que la espectativa de tenerte siempre aquí es un imposible.

Quiero ir por la calle y decir bien fuerte ¡¡Qué frío!!
Que los tejados se tiñan de blanco porque ha nevado.
Que las bufandas sean las protagonistas.
Quiero, pero más que querer... te necesito.

Querido Invierno ven acompañado del frío a alegrarnos el monótono sentimiento de nostalgia que produce tu ausencia ocho meses al año.

jueves, 26 de agosto de 2010

Han pasado ya nueve meses.
Nueve!
Y parece que fue ayer...
El cielo sigue cubierto por esa negrura que impide que los rayos del sol le atraviese. Las flores siguen sin oler a nada. El viento sigue sin acariciarme. La luna sin alumbrarme. La risa sin invadirme. La alegría sin visitarme.
Y la vida... la vida está ausente.

miércoles, 25 de agosto de 2010

¿Has visto cómo nos miran hoy las nubes?
Seguro que no te has fijado en ellas. Ni siquiera te habías dado cuenta de que estaban ahí. Para ti hoy el cielo está totalmente despejado. Pero las nubes están ahí. Lo mejor es contemplarlas. Adivinar sus formas. Ver cómo van cambiando.
Los dos solos.
Con la hierba en nuestra espalda y el sol a un costado.
Me encanta mirar las nubes. No hacer nada, solo contemplarlas. Son tan inalcanzables. Van de aquí para allá, mecidas por el viento. Libres. Qué bien suena eso...

¿Has visto cómo la gente nos mira hoy?
Será que cuando estamos juntos somos como las nubes, inalcanzables. Somos ESO que todo el mundo sueña, ansia y anhela poseer, tener o, al menos, vivir una vez antes de que su tiempo se agote y se den cuenta de que han estado muriendo temerosos por no saber vivir. No sabían que la muerte ya nos ha vencido incluso antes de nacer...

Tú eres la nube que me hace volar por encima de esta vida que, resulta, solo es dejarse morir día a día.
Esta madrugada la lluvia guiaba mis pasos.
Es curioso, porque no caían gotas, al menos no del cielo. Las gotas caían desde mis ojos. Y lo hacían al compás de la música que emanaba de mis pensamientos. Y, para variar, eran arpegios que se rompían al retumbar en mi mente.
No me he cruzado con nadie hoy.
O tal vez sí lo haya hecho, pero no me he sabido fijar. Iba enfrascada en mi debilidad, en mi dolor y esto que se asemeja al pesar. Sentimientos que sólo me hacen hundirme más en mi pozo. La próxima vez que salga echaré una cuerda por la que poder subir.
Me he sentado debajo de un árbol.
Debajo de mi árbol. No me escucha, no me entiende, pero me transmite serenidad. Junto a él las lágrimas me han dejado de ahogar y, ahora sí, en el cielo llovía, pero era una lluvia de estrellas que me ha protegido de los malos pensamientos que me perseguían allá a dónde esta noche fuera. El árbol me abrazó.
Sin a penas darme cuenta ha empezado a aclarar.
El día me ha cogido por sorpresa. El dolor ya no se dejaba notar. Hasta me atrevo a decir que una sonrisa empezaba a hacerse notar con ganas en mis labios, pero no floreció del todo.
Y me fui.
...
He vuelto a ver a mi árbol y a darle las gracias por estar a mi lado. Pero cuando he llegado... Ya no había árbol. Sus hojas ya no eran verdes. Su tronco ya no crecía erguido hacía el infinito del cielo. Sus raices ya no levantaban la tierra con firmeza. Sus ramas no enredaban el viento. Estaba seco.
Mis lágrimas amargas lo han matado.

¿Cuántas vidas más hacen falta para que mi sonrisa vuelva?

martes, 24 de agosto de 2010

A veces despierto abrazada a mi almohada
y siento que tu olor me acaricia
puedo notar tus dedos en mi espalda.

Los rayos del sol llenan de luz la cama
pero a pesar del calor que acogen las sábanas
yo sigo helada.

Permanecería para siempre en ese instante
cuando creo que aún estás a mi lado
y no me importaría morir anhelante.

Anhelante de ese sueño que se me escapa
como las nubes
cuando alguien trata de atraparlas.

Las nubes...

Ojalá flotara como ellas por el aire
cambiaría de forma por momentos
y no sería esclava de nadie.

Ni siquiera de tu recuerdo...

lunes, 23 de agosto de 2010

¿Hoy?

La sensación de angustia.

¿Por qué?

Lo sabes bien.

¿No?

Por ti.

¿...?

Por ti, porque ya no estás.

¿Que sí estás?

Dime dónde, porque yo no soy capaz de encontrarte.

¿Que te busque?

No dejo de buscarte por cualquier parte.

¿Que busque mejor?

Es imposible, he mirado hasta en mi interior.

¿Que vuelva a hacerlo?

Sé que crees que estás dentro de mi, y en el fondo es verdad. Estás en mis recuerdos del pasado y en mis lágrimas del presente, pero quiero dejar de necesitarte. Ya he sufrido bastante por tu ausencia. Ahora me toca seguir adelante.

¿Que si quiero olvidarte?

Nunca

¿...?

No pretendo olvidarte, pues sería como querer olvidar que una vez viví. Solo pretendo que cuando te piense o te recuerde, en vez de una lágrima, brote una sonrisa. Y creerme que sigo viva, como cuando tú estabas, aunque sé que ya no estás.

¿Que si es dura la vida sin ti?

Esto dejó de ser vida cuando te marchaste.

¿Qué haría si te fueras del todo?

Supongo que me costaría al principio, que todo me parecería gris o incluso negro, que las cosas no me animarían a seguir adelante, que nada de lo que la gente pudiera decirme me consolaría, que pensaría seriamente si seguir aquí tiene algo de valor, pero cuando creyera que las cosas no van a cambiar empezaría a ver un tenue haz de luz entrando de nuevo en mi corazón y comprendería que al fin y al cabo la vida sigue, que no me queda otra más que seguir o sino nada tendría sentido, ni siquiera tu muerte. A fin de cuentas eso es lo que me pasó cuando te fuiste.

¿Que lo sientes?

No lo sientas. Nosotros no decidimos cuando morir. Aunque hoy me gustaría decidir cuándo será mi muerte.

¿Qué cuándo sería?

Hace 9 meses.

¿Contigo?

Por supuesto que contigo. Eras la única razón por la que hubiera entregado mi vida a cambio de nada, solo a cambio de ti, pero no me dejaste hacerlo. Simplemente me dijiste aquello...

¿Te quiero?

Sí, me dijiste te quiero y yo no te lo pude decir, no tuve tiempo. Por eso te lo digo ahora, aunque ya no estés, aunque ya no tengamos conversaciones que duran toda una noche, aunque ya no te sienta a mi lado, aunque el cielo no se pinte de colores cuando salgo a la calle porque sé que te veré, aunque no puedas oírme, siempre te lo diré, porque siempre SIEMPRE siempre... te querré.

viernes, 20 de agosto de 2010

Un paseo por la Gran Vía cuando el sol comienza a esconderse detrás de los altos edificios que la limitan, cuando las tenues gotas de lluvia ya han cubierto por completo el suelo de asfalto y cemento que guía nuestros pasos aunque creamos ir sin rumbo cierto, cuando la gente deja de ser gris y se convierte en un mural de paraguas de miles de colores que pintan la tristeza de una tarde que llega a su fin, cuando todo se relentiza hasta el punto de detenerse en un instante...
Y a mi lado tú.
Tu mano y la mia unidas.
Tus ojos y los mios bailando al compás de la gente que se cruza.
Mis pensamientos ahogados en tu sonrisa.
Tu risa ahogada por el ruido de algún coche que pita.
Que pita.
Que pita...

Abro los ojos con dificultad, sin querer dejar atrás ese sueño tan real, tan especial.
Apago el despertador y miro a mi alrededor y descubro un cuerpo a mi lado.
El tuyo.
No era un sueño.
Era el recuerdo venido a menos de la tarde anterior.

Esta vez la realidad es mucho mejor que ese sueño que nunca podré rozar.

jueves, 19 de agosto de 2010

Me gustaría poder decirte, cuando me besas, que tus labios son lo más dulce que en vida probé y que me encantaría seguir acariciándolos por siempre.
Es por su roce que seguir me merece la pena.

Me gustaría poder decirte, cuando me acaricias, que tus manos hacen que sienta millones de nuevas sensaciones que no quiero que terminen nunca.
Es por ellas que aún sigo aquí.

Me gustaría poder decirte, cuando me miras, que tus ojos son mi fuente de vida, son las esperanzas que me hacen creer que un mañana mejor sí es posible.
Es por ellos que la noche no me asusta.

Me gustaría poder decirte, cuando me sonríes, que tus facciones describen las curvas de mi camino, el que me ha de llevar junto a las estrellas que en el cielo, con envidia, nos observan.
Es por ella que me levanto si tropiezo.

Me gustaría poder decirte, cuando me hablas, que cada palabra que sale por tu boca queda grabada en mi piel con un dulce aroma a jazmín y naranja.
Es por ellas que oigo susurrar al viento.

Me gustaría poder decirte, a cada instante, que te quiero más que a cualquier otra cosa a la que se pueda querer. Te diría que es gracias a ti que sé querer, y que sólo te sé querer a ti.

Por desgracia... no sé hablar igual que escribo.

miércoles, 18 de agosto de 2010

La nostalgia hace camino
crea dolorosas sendas,
recuerdos que llevan al olvido.
La noche despierta estrellas
luces del destino,
hoy serán mis compañeras.
Un dulce agravio de espino
clava en mi su pena,
preludia un sueño mortecino.
La luz penetra en sus ojos
agrio olor a vino,
despierta su corazón solo.
Ha llegado el nuevo día
lo ha cambiado todo,
menos la ausencia de alegría.
Parece una mentira
la mayor de mis fantasías,
he encontrado tu salida.

lunes, 16 de agosto de 2010

He traspasado la frontera.
Llevo poco más que una muda en mi maleta.
Nos llamaron sin avisar, sin tiempo para pensar si queríamos o no marchar.
Tuvimos que actuar casi sin pensar.
¿Cuánto dejamos atrás?
Pensamos que sería un breve periodo.
Acabó atrapándome la muerte.

Traté de tomarme aquello como unas vacaciones, forzadas, pero vacaciones. A los diez minutos de llegar ya me resultó imposible. Nos separaron, a los tres, cada uno por un lado. A mi mujer no he vuelto a verla. A mi hija... sé que sigue viva, ahora está con una familia que la adoptó después de que nos dieran por fusilados, como a tantos otros.

Mis días se acaban.
Han pasado más de cuarenta años, pero esos días siguen haciendo mella en mi.
Fueron mi destino.
Una bandera ha estado detrás de mi siempre.
Nunca la he abandonado.
Fue por ella.
Todo por tres colores que, sin embargo, aún defendería.

Mi exilio ha durado, exactamente, cincuenta y un años. Ahora vivo en México, uno de los países que nos acogió como a sus propios hijos. Cuánto le debo a sus gentes... la vida, ni más ni menos, la vida. Al principio fuimos a Francia, donde me separaron de lo único que tenía, mi familia. Pero luego tuve la fortuna de conocer a una persona que me facilitó mi viaje a México. No sé porqué lo hizo, pero le recordaré siempre.

Una guerra arruinó mis sueños.
Una ideología me condenó al exilio.
Los vencedores firmaron mi sentencia de muerte.
El tiempo no ha borrado mis heridas.
La historia no nos ha hecho justicia.
La gente trata de olvidarnos.
Hay familias que les siguen buscando.

Recuerdo el viaje en tren que nos llevó desde la capital recien invadida a la frontera. Íbamos muchas personas en un espacio muy reducido. En cada vagón podíamos ir cerca de un centenar de personas, pero nadie se quejaba, tan solo un bebé lloraba pidiendo la leche materna de los pechos secos de una mujer que parecía desnutrida desde hacía semanas. Cuando llegamos nos cogieron como si fueramos ganado y uno a uno nos fueron separando en tres grupos. A un lado los hombres, a otro las mujeres y más allá los niños.

Sus rostros entre la multitud.
Los gritos desesperados de las mujeres.
El ruido de los fusiles cargándose.
El vapor del tren llenando los recuerdos.
La mirada asustada de mis compañeros.
Los secretos incofesables.
El olor de una rosa marchita.

Volvería a defender mi bandera una y mil veces ante ellos, pero no entiendo, aún después de tanto tiempo, por qué hicieron aquello ¿no les bastaba con ganar? Querían hacernos pagar, pero ¿por qué? Yo tuve suerte. Un amigo me llamó la misma noche en que entraron en Madrid y nos abrió camino entre la multitud de gente que trataba de salvar la vida. De habernos quedado hubieramos acabado en una fosa común en alguna cuneta de las carreteras que salían de Madrid... Mi mujer ha muerto, pero al menos mi hija, que ya no sabe que soy su padre, sigue con vida. Y yo no puedo más que recordarlas sonriendo antes de que todo esto empezara, cuando pasabamos los domingos en el parque del Retiro, sentados a la sombra de un árbol escuchando a los pájaros cantar, viendo a la gente pasear sin mayores preocupaciones que adónde sus pasos les llevarán. Esas dos sonrisas han hecho de este infierno un destierro más llevadero, pero juro por todo aquello que un día defendí que lo último en lo que piense antes de morir será es esas dos sonrisas puras, no en aquellos por los que las perdí.

Han destrozado miles de vidas, pero no conseguirán hacerse con nuestros sueños.

jueves, 12 de agosto de 2010

Nace un sentimiento de la idea de la nada
porque finge ser un todo disfrazado de seda.
Cumple su sueño una noche de primavera
envuelta entre rosas de hielo inodoras.
Vuelca el silencio toda su carga invisible
en las manos de un niño que llora inconsolable.
Muere un pedazo de cielo estrellado de día
cuando una mirada triste lo evita.
Tuerce el gesto un pájaro en la mañana
cuando su sol queda oculto tras la contaminación.
Limpia sollozos una pena incandescente
que abrumada por el tedio cae al vacío inerte.
...
Despidete de la muerte ahora que aún puedes;
la vida dedicate a vivirla sin penas, ni alegrías
solo con la sensación de que seremos dueños
de la eterna melancolía
y de la triste despedida...

miércoles, 11 de agosto de 2010

Hay una canción que me hace sentir que mi mundo sigue derrumbado, que no he sido capaz de reconstruir las ruinas del terremoto que causaste al marchar... pero me gusta tanto que no la puedo dejar de escuchar.

Tal vez sea porque solo me recuerda a ti, nada más que a ti.

Creo que cada frase está hecha a mi medida y, también, un poco a la tuya, a la nuestra. Es como si todo el mundo supiera que eso iba a ocurrir tarde o temprano y para mi desgracia fue temprano, demasiado.

Quiero que sepas que no me gustaba nada verte llorar, pero me gustaba abrazarte cuando lo hacías, poder arrancarte una sonrisa en esos momentos malos por los que la vida nos hace pasar, momentos tan horribles que hacen que nuestros pensamientos salgan corriendo por los ojos en busca del salto que saben les hará morir. Y lo mejor es que no te importaba que te viera cuando lo hacías, me dejabas compartir contigo esas lágrimas amargas que la soledad suele quedarse solo para si.

A pesar de que el mundo parecía venirse encima mio cuando una gota de ese agua salada resbalaba por tus mejillas, daría cualquier cosa por volver a verte llorar, por poder abrazarte, susurrarte al oido que el mundo termina por ser justo, y que si no era así daría igual, estaríamos juntos...

Pero ahora, el que llora... soy yo.

martes, 10 de agosto de 2010

Mañana pintaré el cielo de mil colores diferentes, uno por cada sensación que despierte en mi al recorrer esta ciudad tan grande y a la vez pequeña, pues aunque siempre camine por las mismas calles mis pies nunca son los mismos, tampoco mis circunstancias, ni mis sentimientos. Y es que un paseo es como una buena poesía, y las buenas poesías nunca significan lo mismo aunque las recites tantas veces que terminen por encontrar refugio en tu cabeza. Pasear es sacar fuera lo que tienes dentro, hacerlo visible a cada paso y dejar que el resto de personas que comparten acera contigo participen de ese estado de ánimo.

Adoro pasear cuando el suelo está húmedo porque ha llovido, e incluso hacerlo cuando una leve llovizna moja las calles, paraliza el tráfico y hace que la gente corra de un lado para otro buscando dónde refugiarse de unas tristes gotas que caen sin orden a un suelo gris y pisoteado por el tiempo que parece detenerse con cada trueno que el cielo arroja.

Me encanta pasear por los bosques o, en su defecto parques, cuando no hay demasiada gente alrededor y puedes evadirte de la dura realidad de cemento que nos absorbe para adentrarte en un mundo verde y de naturaleza palpitante, como los pájaros con su trinar, y las hojas con su leve susurrar.

Mañana pasearé por toda la ciudad deteniéndome en esos espacios verdes que me hacen sentir la energía entrando por cada poro de mi piel. Cogeré aire en ellos, queriendo hacer que mis pulmones lo capten todo y sientan cada molécula de ese oxígeno que ha de hacer que siga adelante.

Mañana bañaré mi mirada con las sonrisas de la gente distante, de la despistada, de la extraviada y cantaré que quiero la libertad como único límite plausible ante la lejanía de los horizontes de esta sublime ciudad.

Mañana... Porque ahora me dirijo al reino de los sueños, donde no necesito más que a mi imaginación para poder volar a cualquier otro lugar que me haga sentir que pasear no es solamente algo hermoso en lo que malgastar el poco tiempo que me queda antes de tener que ir a buscarte a ese lugar del que no podré regresar.

lunes, 9 de agosto de 2010

He intentado diseñar un nuevo mundo. Un lugar donde la gente diga lo que piensa tal cual lo siente, donde lo material quede en un segundo plano, donde los sentimientos sean más importantes que las posiciones sociales, un lugar donde la gente conozca el verdadero significado de la felicidad, un lugar donde poder amar sin condición ni miedo a la recriminación.

Sería un lugar en plena naturaleza, sin coches que contaminen ni altos edificios de cemento que no te dejen ver la salida del sol. Un lugar donde en vez de centros comerciales abunden los árboles y las flores con embriagadores olores, donde la vida en sociedad sea más que conferencias o concentraciones de coches antiguos o demasiado modernos como para poderlos usar.

Me gustaría que en él la gente solo sonriera, aunque sé que las lágrimas no siempre son amargas, no solo porque ellos se sientan bien, sino para hacer que los demás se sientan también alegres de que un completo desconocido sea capaz de sonreírle al mundo entero.

Pero sé que ese mundo con el que sueño, ese que anhelo, no es más que una simple fantasía, pues yo no tengo la capacidad de crear nada y menos aún nuevas vidas a las que dar forma.

Asique tendré que conformarme con seguir en este mundo lleno de desigualdades, de injusticias, de gente gris incapaz de mirar más allá de su nariz, lleno de altos edificios de cemento y de coches que llenan de humo el cielo en el que tendrían que verse las estrellas de noche, pero en el que solo se ve el reflejo del desarrollo: la contaminación.

Pero no me conformo con pasar de largo por él, no me conformo con ser una más de las que habitan solo para sobrevivir llevándose a cuantos sea necesario por delante. Eso se ha acabado para mi, si es que alguna vez pensé en algo así.

Yo lucharé por lo que creo, por lo que pienso, por sacar adelante mi idea, mi sueño. Sonreiré al mundo que me mire sonriendo, y al que no también, por si consigo robarle aunque solo sea un leve esbozo de sonrisa. Yo diré lo que pienso a cada instante, pues la sinceridad me parece un factor importante. Y ante todo tendré en cuenta mis sentimientos, no dejaré que la corriente me arrastre aunque sea la única que no lo haga y por supuesto amaré y cuidaré aquello que es mi hogar, el único hogar de verdad que existe, el único que debería de importarnos por encima de toda riqueza: la naturaleza.

No podemos crear un mundo nuevo, pero si reinventar el nuestro ¿me ayudas a ello?

viernes, 6 de agosto de 2010

Tenue despertar del viento es el que mueve mis cabellos.
Podemos ser un solo momento, un breve instante que desaparece en el tiempo, pero decidimos ser historia y quedar en el recuerdo de aquellos que un día dejarán de ser eternos para volverse efímeros cuerpos que envejecen al compás de este invierno que solo hiela en mi corazón.

Saltar de estrella en estrella alberga la imposibilidad de lo necesario. Quiero despertar mañana y haber encontrado el camino que ha de llevarme al Sol pasando por cuantas nubes, planetas y estrellas me sea posible. no quiero dejar un solo centímetro del universo sin conquistar ni acariciar con estas manos.

Entre tanto sueño y tanta imaginación lo único que parece cierto es la sinrazón de saber que mañana el sol vuelve a aparecer tras esas montañas de cemento que me impiden ver el horizonte. Pero sé lo que ocurre a cada instante, porque todo son susurros del viento...*