viernes, 25 de febrero de 2011

Si no somos más que meras palabras
en un mundo de bocas hirientes,
sólo quiero que tus labios pronuncien mi nombre
una vez más...

miércoles, 16 de febrero de 2011

Las amapolas no huelen.
Eso dicen los que saben, que son inodoras, como el viento.
Y se supone que nos lo tenemos que creer, solo porque son los que "saben".
Pues bien, yo me niego a ello.
La experiencia me dice que el viento sí huele, igual que el sol.
Porque el sol huele.

Ha dejado de moverme el hecho de querer llegar a alguna parte. Ya estoy donde quiero estar. No necesito ir a otro lugar. Aquí la brisa me devuelve aromas de ti. Aquí el sol se queda impregnado en la piel. Aquí está todo lo que quiero llegar a ser. Solo una más.
Solo una más... una más de los que digan NO cuando en realidad quieran decir SI. Una de los que digan SI cuando quieran decir NO. Y creer que es lo que quiero, cuando en realidad es lo que me imponen.
Conformismo.

Me absorbe la necesidad de salir de mí, y de mi pecera. Esa pecera cuadrada que me han impuesto y que he aceptado sin apenas darme cuenta.
¿Cuándo comencé a ser como ellos?
Me dejé llevar demasiado por las pulsiones que palpitan en mí, y no hice caso a la razón, que suele ser la mejor consejera en asuntos del corazón.
Fría y calculadora.
Simétrica.
Completamente obsoleta.

Y moriré empeñada en ser diferente, en gesticular diferente, en parecer diferente, en pensar diferente, en vestir diferente, en hablar diferente, en sentir diferente, en vivir diferente, en mirar diferente, en escribir diferente, en querer diferente, en morir diferente... diferente. Diferente a todo lo demás. Diferente a lo conocido, a lo que está por conocer, a lo prohibido y a lo aceptado, a lo experimentado, a lo real, a lo necesario, a lo artificial, a lo pasajero, a lo propuesto, a lo inimaginado... Diferente al mundo que dice que las amapolas no huelen.
Porque las amapolas sí huelen, el problema es que no todos podemos percibir su sutil y embriagador aroma.

El conformismo nos ahoga.

sábado, 12 de febrero de 2011

Creo que te quiero.
Y lo creo porque no dejo de pensar en ti,
porque busco tu mirada tras las esquinas,
porque eres todo cuanto necesito para sonreír.

Creo que te quiero.
Y lo creo porque tu olor acompaña a la brisa,
porque tu voz se refugia en mi cabeza,
porque cierro los ojos y solo veo tu sonrisa.

Creo que te quiero.
Y lo creo porque del mundo eres el ombligo,
porque el tiempo, si es contigo, pasa más lento,
porque te necesito siempre aquí, conmigo.

martes, 8 de febrero de 2011

Noto el frío de sus ojos
clavado en mi piel.
Quieres que me arrastre
dejando un sendero de hiel.

El cielo se torna oscuro
pero no hay nubes tapando al Sol.
Es la noche de la mente
que hoy transcurre a tu son.

Eres la meta de mi camino,
a cada paso me hago más fuerte.
No me escondo ante tus garras,
me preparo para hacerte frente.

¿Cuándo vas a vencerme?
¡Oh! muerte...

martes, 1 de febrero de 2011

A veces.. te puedes caer.
Y, sin ninguna duda, será una caída dolorosa.
Pensarás en quedarte ahí. En no seguir.
En dejar de intentar las cosas. Una y otra vez.
Aparecerá el miedo a otra caída.
La angustia se apoderará de ti. Un poquito más.


Pero más doloroso es no intentarlo otra vez,
Quedarse dudando y desperdiciar el tiempo.
Ponernos límites que no existen.
Rendirnos ante el destino.
Olvidar que también tenemos valor.
Que somos fuerza queriendo salir.


Todo esto implica levantarse.. una vez más!