lunes, 19 de diciembre de 2011

La soledad cada vez se hace más patente en mi vida.
Ya no queda nadie de los que antes juraban eterna amistad, prefieren olvidar que un día fuimos seres compartiendo sus vidas.
Todos me dan la espalda.
¿Por qué? Aún lo trato de entender.
Grito y nadie escucha.
A veces creo que no merece la pena seguir, antes erais la fuerza que me faltaba, el empuje, las ganas, ahora sólo sois un poco más de la mierda que me ahoga.
Gracias por olvidar tan fácilmente a quien un día creyó que os importaba.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Deberíamos aprender a morir, pero nos obcecamos con seguir afrontando una vida de la que no vamos a sacar nada..

Ni siquiera es nuestra.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Atardece el día como siempre.
Las calles se van vaciando, las farolas se van encendiendo, las estrellas hoy no se ven.
 Desde mi habitación observo cómo se eleva hacia el cielo el humo de las chimeneas, cómo las persianas, poco a poco, van ocultando las ventanas.
A penas aparto la mirada.

Anochece la tarde una vez más.
El cielo se torna negro, la tranquilidad se hace infinita, la Luna hoy no sale a alumbrar.
Desde mi habitación observo cómo el frío va empeñando los cristales de los coches aparcados, cómo el silencio se va adueñando de las aceras.
A penas aparto la mirada.

Amanece la noche como es rutina.
Los pájaros entonan su canciones, el rocío baña las hojas de los árboles, el Sol no se atreve a pasar entre las nubes.
Desde mi habitación observo cómo el ritmo de la vida vuelve inundando las calles de gente, cómo parece que todo cambia a cada instante.
A penas aparto la mirada.

Da igual que anochezca o que amanezca, que haga Sol o que la lluvia ahoguen las calles, que la gente salga o que entre, que el mundo gire o avance..
El tiempo se ha parado tras mi ventana.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Hace poco más de seis meses fui al médico por un fuerte dolor en el pecho que no remitía. Pensé que habría cogido un resfriado y se me habría bajado al pecho, algo normal dado que soy asmática. El médico me recomendó hacerme una serie de pruebas para descartar otra serie de problemas.

Hoy hace seis meses que volví a la consulta cuando los resultados ya estaban. Me aseguraron seis meses, pero no más.

No sé si voy a morirme dentro de un mes, de dos semanas o esta misma noche mientras duerma, pero lo que sé seguro es que voy a morir.

Estos últimos meses no me he dedicado a hacer lo que siempre he soñado, como haría la mayoría de la gente si se supiera en mi situación, simplemente me he dedicado a vivir día a día como lo hubiera hecho si no supiera que voy a morir. He iniciado una nueva etapa, he superado más de un miedo y he sabido seguir sin perderme en mi misma y en el dolor que me genera dejar la vida tan a medias. Nunca conoceré a las ciento de personas que aún han de cruzarse a lo largo del camino que dejo sin recorrer, ni viajaré a Argentina, ni llegaré a terminar la carrera, ni trabajaré, ni acariciaré la carita de mis hijos, ni podré cambiar el mundo, aunque sólo se trate del mío.. Pero lo que peor llevo es no ver a la gente que quiero envejecer junto a mi, cambiar, dejar de creer en unas cosas y empezar  a apostar por otras de las que siempre renegamos, ver cómo las arrugas se van adueñando de mi rostro y las canas van tiñiendo nuestras cabezas, cómo la vida de otras personas se entrelaza con la mía, cómo influyen en mi las decisiones que tomo ahora, cómo avanzan nuestras vidas.

Supongo que la vida me ha dado en ocasiones más de lo que he podido llegar a imaginar, aunque otras veces ha sido injusta conmigo, demasiado dura para lo que ahora me toca afrontar. Pero así han sido las cosas, a fin de cuentas lo importante es eso, que han sido.

No quería despedirme de nadie, no quiero que me recordéis con lágrimas en los ojos los que vayáis a hacerlo, que espero seáis pocos, sé que tampoco he sido tan importante para nadie como para ocupar para siempre un trocito de vuestra memoria. Prefiero que sigáis viviendo y disfrutando como si no hubiera un mañana posible, como si todo se acabara esta misma noche.

Vivir. Esa aventura que para mi ya ha llegado a su fin.

jueves, 1 de diciembre de 2011

Necesito que haya alguien que se sienta tan perdido como yo, tan débil, tan ajeno a todo, tan lejos de todos, tan sólo, tan vacío.
Necesito saber que existe alguien más capaz de meterse en sí mismo y no volver a salir aún sabiendo que fuera está lo que necesita para reaccionar, para afrontar la realidad, para volver incluso a soñar.
Necesito encontrar a una persona que sepa decirme qué se siente cuando el mundo a tu alrededor sigue girando y lo hace tan deprisa que en lugar de hacerte girar con él, te atropella. A alguien que entienda lo que es sentirse tan pequeño que hasta las motas de polvo te puedan aplastar.
Necesito a esa persona para poder decirle a la cara lo que me gustaría oír a mi.

Tal vez mirándome al espejo la encontraría...