viernes, 24 de septiembre de 2010

Apagada está la noche
desde que tú te marchaste,
y moribundas van las estrellas
por el cielo a buscarte.

Crecen hierbas en mi jardín
en los rinconces donde tú plantaste
bellos rosales solo para mi.

Desentona al cantar un pájaro
que apoyado está sobre una rama
en ese árbol donde dirigías a
una orquesta compuesta por hadas.

Vuelan los recuerdos por mi mente
mientras mis ojos se cierran,
pues no quieren ver si no pueden verte.

Compiten la alegría y la nostalgia
por cogerme la mano que aún tengo libre,
pues la otra acaricia el viento
que por ti un día se hizo visible.

"Ha pasado ya la tormenta"
me grita desde lejos mi conciencia,
pero no puedo salir por mi torpeza.

A todo esto que me pasa
solo encuentro una explicación:
"Problemas del Corazón...
...Inseguridades de la Razón"

martes, 21 de septiembre de 2010

A menudo la mente juega a engañar al corazón rescatando del olvido recuerdos pasados que creemos serán nuestro futuro y que nos torturan el presente, pues terminan por nunca llegar.
Me pasa algo parecido.
No negaré jamás aquello que sentí hace ya algún tiempo, pero déjame que dude lo que es esto ¿un sentimiento? ¿un recuerdo? ¿una ilusión? ¿una equivocación?
No es más que el reflejo traído por la memoria de aquello que un día me hizo sentir bien, me movía a seguir, a hacer estupideces, a ver el mundo con matices rosados. Pero no quiero caer en el error de creer que esto es lo que ahora siento.
Lo que en realidad nos ocurre es que echamos de menos algo y tendemos a pensar que es a la persona, como ahora me sucede a mi.
Pero si somos capaces de pensarlo en frío, sin dejar que el corazón intervenga, nos daremos cuenta, como he hecho yo, de que en realidad lo que anhelamos es el sentimiento, la sensación que esa persona, ya sea física o mentalmente, era capaz de producirnos.

Creemos que echamos de menos a alguien cuando en realidad extrañamos el sentimiento al que nos llevaba.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Siento soledad y tú no me tocas.
Me siento perdida y tú no me miras.
Me siento abatida y tú no me abrazas.


Me siento como si ya a nadie le importara, como si mi vida estuviera malgastada, como si todo aquello por lo que aposté se hubiera quedado reducido a nada.

Nada...

...así es como me siento, como si no fuera nada.

Pues aprendí a vivir por ti.
Pues aprendía a apoyarme en ti.
Pues aprendí a refugiarme en ti.
Pues aprendí a ser tú.

Pero no sabías que tú un día... te marcharías


jueves, 16 de septiembre de 2010

Veo llover desde mi ventana.
Huelo el olor que desprende la tierra mojada.
Escucho las gotas morir en el suelo.

Cierro los ojos y...
... solo veo negrura.

A mi alrededor el mundo se despierta.
Los truenos sobresaltan a cualquiera.
Los rayos alumbran corazones dormidos.

Abro los ojo y...
... sigo viendo negrura.

La vida queda detrás de mi.
Se va con cada nube que arrastra el viento.
Pero la muerte solo es otro comienzo.

Abro los ojos y...
... veo una sonrisa florecer.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Ahora no soy capaz de sentir nada de nada.
Nada más que miedo.
Nada más que nostalgia.
Nada más que pesimismo.
Nada más que soledad.
Nada más que impotencia.
Nada más que locura.
Nada más que abatimiento,
Nada más que nada.

A pesar de todo me digo cada mañana: AKUNAMATATA

jueves, 9 de septiembre de 2010

Me gusta cuando sonríes sin enseñar los dientes, cuando me preguntas si tu pelo va bien peinado porque hace aire, cuando paseando tu mano busca entrelazarse con la mia, cuando esperando a que un semáforo se ponga en verde me coges por la cintura atrayéndome hacia ti, cuando me besas en la nariz.

Me encanta que me hables sin parar de cualquier cosa cuando nos estamos tomando algo, que me mires a los ojos y me sonrías, que siempre encuentres la manera de sorprenderme, que tararees canciones en mi oido, que señales a una nube diciéndome la forma que tiene para ti.

Me enamoras, un poquito más si cabe, cada vez que, sin venir a cuento, me abrazas fuerte, protegiéndome con tu cuerpo, cada vez que te limitas a escucharme cuando algo en mi mundo no va demasiado bien, cada vez que me robas un beso, cada vez que me observas en silencio cuando estoy haciendo algo, cada vez que, dormido, retuerces tu cuerpo hasta encontrar el mio, cada vez que paseamos dados de la mano, bien juntitos, callados, porque ambos sabemos que no hacen falta las palabras para expresar lo que sentimos.

martes, 7 de septiembre de 2010

Sería, para mi, muy fácil imaginarme que el Sol envía sus rayos a la Tierra solo para que mis ojos brillen cuando la luz se refleja en ellos.
Sería muy fácil para mi imaginarme que la Luna es capaz de echar al sol del cielo solo para velarme en las noches.
Sería capaz de imaginar que las estrellas aparecen allá arriba únicamente para hacerme sonreír antes de irme a dormir.

Sería, para mi, muy fácil imaginarme que las flores tienen esos bellos colores solo para que al pasar yo las mire.
Sería muy fácil para mi imaginarme que los pájaros aprenden a cantar solo para que yo les escuche un día mientras camino.
Sería capaz de imaginar que el viento mueve, de aquí para allá, las nubes únicamente para hacerme sentir bien cuando mire hacia arriba.

Pero prefiero, en vez de tanto imaginar, que estas cosas me las digas tú.

sábado, 4 de septiembre de 2010

Otearé el horizonte entre este hoy y un posible mañana.
Tristes son las sombras que este eclipse ha dejado en los corazones de aquellos que no supieron entender que la vida no necesita luz propia, pues ya somos nosotros la aurora que vencerá al ocaso, porque no tenemos miedo, en estos espíritus libres no cabe.

La admiración por la esperanza emerge de entre los anhelos de la mente, pues la mar ahora nos invita a surcarla.

El goce del subir y bajar de las aguas en las olas abre sus brazos para nosotros, queriendo deleitar las presencias que súbitamente aparecen como fantasmas de un recuerdo aún en porvenir.

viernes, 3 de septiembre de 2010

                                    

No te pongas límites.
Simplemente abre tus alas y vuela...
Vuela conmigo.




jueves, 2 de septiembre de 2010

Como el leve susurro de las gotas que caen mientras tú estás metido en la cama, calentito y ves como por la ventana entra la luz de las farolas que quieren robarle el protagonismo a las estrellas.
Como despertarse oliendo a libertad.
Como rozar dulcemente unos labios mientras en tu cabeza suena esa canción que tan bien te hace sentir.
Igual que tropezar y sentir que unas manos, las suyas, te impiden caer.

Como acariciar el aire en una mañana luminosa y sorprenderte al ver que la gente te sonríe al pasar.
Como caminar por el bosque sin rumbo fijo, dejándose llevar por el rumor de las hojas mecidas por el viento que eriza tus cabellos.
Como ponerse una sudadera el primer día de frío después del verano y descubrir que huele a él.
Igual que mirar al horizonte y saber que no hay límites posibles...

... no si está ÉL.