lunes, 29 de noviembre de 2010

Como despertarte y ver que está nevando. Y que los copos no dejan de caer, cada vez con más intensidad, sobre ese suelo de asfalto que ya se empieza a ocultar. Y comprobar que los tejados están blancos en toda la ciudad.

Como ir caminando por la calle y notar que te observan sin saber desde donde y no saber que es un desconocido que imagina tu vida desde su ventana. Y de pronto, sentir la necesidad de mirar al cielo.

Como la lágrima que nace en tus ojos, resbala por tus mejillas y se deja caer hacia el vacío con tal de huir de nosotros. Ojalá yo pudiera también huir de mi.

Como sentirse encerrado dentro de tu propia cabeza y ver que una bandada de pájaros se aleja hacia el horizonte escapando de todo cuanto les ata a un lugar.

Como entender que, por mucho que quieras, por mucho que lo desees, esa persona no se va a fijar nunca en ti. Y darte cuenta de que la soledad será nuestro único acompañante en el camino hacia una muerte segura.

Como sonreír con una mueca de hipocresia y falsedad que tiñe nuestros ojos de dolor.

Como la luz cegadora que guía nuestros pasos hacia un destino que no queremos aceptar.

viernes, 19 de noviembre de 2010

Llueve.
Cae la lluvia sobre mi.
Las gotas me alcanzan,
me envuelven en su frío baile,
pero son incapaces de mojarme.

Lluvia.
Entre los resquicios de mi ropa
quieren colarse las gotas,
acompañarme en esta noche
sin luna ni estrellas.

 
Llueve.
El cielo de Madrid es gris.
Las nubes sobre nuestras cabezas
se tornan fantasmagóricas
allá, sobre los tristes tejados.

Lluvia.
El agua se abre paso
entre los paraguas de la gente,
entre los montones de coches,
entre los pensamientos insurgentes.

Llueve.
Y la soledad cae con cada gota,
a cada soplo del viento
va ligada una lágrima derramada.
Y la sonrisa de un sol nuevo
cada mañana.

lunes, 8 de noviembre de 2010

A veces creo que el mundo gira en sentido contrario a mis pensamientos.
A veces pienso que la vida se niega a darme esperanzas ante mis creencias.

A veces miro y no veo.
A veces veo y callo.
A veces grito pero no hablo.

En ocasiones tengo la sensación de que el tiempo se detiene en el peor momento.
En ocasiones no sé cómo olvidar que el tiempo no se va a detener cuando lo desee.

En ocasiones te espero.
En ocasiones corro sin pensar.
En ocasiones te pienso sin querer.

Pero siempre termino en algún rincón perdido de mi alma recordando que lo que no quiero, por nada del mundo, es tener que volver a esconderme por sentir lo que siento.

martes, 2 de noviembre de 2010

Trato de andar sin ti
caminar por esta ciudad,
pero la lluvia se apodera de mi.

Quiero huir de la tempestad
perderme hasta un nuevo despertar,
pero hoy la vida... no quiere avanzar.

Busco en mi mente tu recuerdo,
encontrar allí tu abrazo sereno,
pero la soledad me hace su siervo.

Vuelvo a las lágrimas de siempre,
al dolor de no poder verte,
a la torpeza de aún... quererte.